viernes, 26 de octubre de 2012

Armadura de Dios - Conclusión

Efesios 6:10-18

Hola a todos. Hace algunos meses había publicado una serie de reflexiones sobre la armadura de Dios, y había quedado pendiente hacer el cierre, la conclusión. Tal como había anticipado, el tema central de esta reflexión es un tema intenso, y a mi entender muy importante.

Me parece que el pasaje transmite una idea que es clave, y que como cristianos muchas veces olvidamos o dejamos guardado en el cajón, tal vez por miedo, tal vez por dudas, o por el motivo que sea. Dice el versículo 12 que "nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales". El texto habla por sí mismo, pero vamos a verlo un poco más de cerca.

Dice que "nuestra lucha no es contra seres humanos". Primer punto: dice que hay una lucha. Nosotros peleamos. Y podríamos decir bueno, por supuesto, de vez en cuando peleamos, nos enojamos con gente, y todo eso. Pero Pablo está yendo un poco más allá.

El ser humano está separado de Dios desde que nace. Ahora, tanto esta separación como la reunión con él al recibir a Cristo tienen lugar en un nivel de la vida que no llegamos a ver. Podríamos decir que es algo espiritual. O sea que existe un mundo espiritual, digamos, la parte invisible de la creación.

Este mundo espiritual es el que Pablo menciona como "regiones celestiales". Y es en este nivel donde ocurre la verdadera pelea, la única pelea que es verdaderamente válida, la única "buena batalla" (2 Timoteo 4:7). Entonces la pregunta sería, ¿contra quién peleamos?

Bueno, me parece que Pablo es muy claro. Tenemos ante todo un enemigo, uno que deberíamos aprender a reconocer y en el cual deberíamos creer, como cristianos, porque la propia palabra de Dios no deja dudas al respecto: el diablo.

Si prestamos atención, este espíritu está acechando al ser humano desde poco después de la creación del mundo. Génesis 3:1 habla de una "serpiente" que se le acercó a Eva para hablarle. No para decirle cualquier cosa, sino para hacerla dudar de la justicia y la provisión de Dios. ¡Nada menos! ¿Una serpiente? Tal vez, en su forma, pero sin duda era mucho más que una serpiente.

Podríamos pensar que los espíritus son, básicamente, formas de conciencia. Son, digamos, seres que están hechos pura y únicamente de mente, con todo lo que eso implica. La palabra "espíritu" en definitiva, tanto en el antiguo como en el nuevo testamento, tiene esta connotación. En el hombre, el espíritu es el lugar de los deseos y de las intenciones. Éstos seres que habitan el mundo invisible son, básicamente, deseos e intenciones con vida propia.

Entonces, no fue una simple serpiente la que intentó engañar a Eva, sino un espíritu. Y no cualquier espíritu, sino uno verdaderamente astuto, y sin duda con un objetivo claro: desviar al ser humano de su propósito. Evidentemente es un espíritu ambicioso el que hizo esto, y además poderoso, porque finalmente lo logra, a pesar de que el hombre, en aquel momento, era sin duda mucho más fuerte en conciencia que hoy, por su relación directa con Dios.

Éste espíritu es el diablo. Desde la creación del mundo tuvo la intención de destruirnos, de llevarnos a la ruina, apartándonos de Dios y de las intenciones que él tenía y tiene para nosotros. No podemos saber bien por qué nos detesta tanto, pero lo hace. Quiere vernos muertos, es decir, separados de Dios por toda la eternidad.

Para eso, sembró en nosotros la semilla de la desobediencia, lo que llamamos el "pecado original", que fue una acción concreta pero vino en definitiva como consecuencia de un pensamiento que se apartó de la obediencia a Dios. Donde Dios dijo "no hagas esto", primero pensamos "bueno, lo hago" y recién después lo hicimos. Desobediencia espiritual traducida en desobediencia material. Y así fue siempre desde ese momento hasta hoy. El diablo siembra pensamientos desobedientes en nosotros, que de por sí tenemos una mente rebelada contra Dios, y entonces nos lleva a realizar acciones desobedientes. Hoy, como siempre, quiere vernos separados de Dios.

¡Imagínense cuánto más quiere derribarnos a nosotros, que nos pusimos del lado de Dios! Quiere que nos equivoquemos, que hagamos las cosas mal, que no lleguemos a cumplir los propósitos de Dios. Quiere que abandonemos a Dios, que renunciemos a él, y por eso nos engaña con toda clase de mentiras. Por ejemplo, pensamientos como: "no soy suficientemente bueno para ser cristiano", "soy un desastre, Dios nunca me va a perdonar por estas cosas que hago", "¿cómo puede Dios perdonarme todas esas cosas que hice en mi pasado?", "si Dios realmente hubiera estado conmigo, esto no me hubiera pasado", y muchos más que seguramente ustedes mismos podrían tomar desde su propia experiencia.

Esto no son sólo pensamientos. Son espíritus que nos atacan. La biblia es clara al respecto. Cuando empecé a pensar en todo esto me dije a mí mismo "nah, dejá de fantasear". Pero después entendí que este tipo de pensamientos también forman parte del engaño del diablo. Para él es mucho mejor si no creemos que existe, porque de esa manera esconde su propia acción, y además genera muchas más dudas sobre Dios y sobre el plan que él tiene para nosotros. El diablo quiere que no veamos. Quiere que ignoremos.

Entonces, nuestra vida no se trata solamente de ir por ahí ayudando gente y hablando de Dios mientras soportamos algunos problemas. Como cristianos, tenemos que ver más allá y comprender que tenemos un montón de fuerzas peleando en nuestra contra y tratando de arrastrarnos. Estamos en una batalla permanente. Nuestra vida es un campo de batalla.

Del pasaje que leímos y el análisis que venimos haciendo podemos sacar en conclusión que tenemos básicamente tres enemigos.

Por un lado, la principal consecuencia del primer engaño del diablo: la mentalidad desobediente, o para usar el término bíblico, el pecado. Éste es un enemigo interno, y viendo la autonomía que Pablo le da especialmente en la carta a los Romanos, podríamos decir que es un espíritu también. El pecado vive en nosotros y quiere ayudar al diablo en sus planes de separarnos de Dios. Es, digamos, un espía enemigo en nuestro propio territorio.

Por otra parte, si aceptamos que cada una de las personas está en esta misma condición y por lo tanto invadida por este enemigo interno, tenemos un grupo entero que abarca a todos los seres humanos y que toman como grupo decisiones que desobedecen a Dios. De hecho, cada vez es más evidente. La biblia llama a este grupo "el mundo". Podríamos decir que es la sociedad en la que vivimos. Lo curioso de este enemigo es que es un enemigo mayormente inconsciente. La gente no se opone a nosotros ni se enfrenta entre sí de manera totalmente consciente. "El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos", dice 2 Corintios 4:4, y Jesús mismo dijo que los que lo crucificaron no sabían lo que hacían. Actúan al servicio del diablo y de su plan sin saberlo, incluso sin poder ni siquiera sospecharlo, a veces desde lo individual, o a veces en general, formando una sociedad cada vez más alejada de Dios.

Y finalmente tenemos al gran artífice de toda esta guerra, el diablo. El enemigo que tenemos que enfrentar sin temor pero sin confiarnos en nuestra propia fuerza como seres humanos, porque es un enemigo invisible que pelea con armas invisibles. Un enemigo espiritual que pelea con armas espirituales.

Afortunadamente, los que seguimos a Cristo tenemos la capacidad de creer, y por lo tanto de "ver" lo invisible. Por supuesto, no podemos pretender que vamos a ver con los ojos a estos enemigos espirituales (aunque no descarto que hay gente que tiene cierta capacidad para esto), pero lo más importante es que, así como vemos a Dios de otra manera, también a estos espíritus los vemos de otra manera. Los percibimos, por más que sólo sea en forma de pensamientos. Y ésta es la clave para esta batalla.

Como no podemos hacer nada por nuestra cuenta contra ataques de ese tipo, Dios nos dejó una serie de herramientas para ayudarnos. Armas espirituales, para hacer frente a armas espirituales, y una armadura espiritual, para resistir ataques espirituales. Es importantísimo que cada día nos vistamos con esta armadura, porque la pelea va a tener lugar en cada momento de nuestro día, y muchas veces no nos vamos a dar cuenta. Es más fácil asegurarnos de estar siempre protegidos que tratar de ver cuándo nos están atacando.

Por eso, si la táctica del diablo es la mentira, necesitamos estar ajustados a la verdad. Si su arma es mostrarnos que somos injustos y llevarnos a hacer el mal, tenemos que aferrarnos a la justicia de Cristo. Si el mundo está esclavizado por el enemigo y nos ataca, nos defendemos proclamando el evangelio de la paz, y haciendo la paz. Si el diablo trata de avivar nuestro propio pecado con sus flechas encendidas, nos defendemos con nuestra confianza en Cristo y en su poder. A través de la fe, además, vemos lo invisible aunque el diablo se esfuerce por ocultarlo. Si quiere usar nuestra mente para sus fines y hacernos pensar de una manera contraria a Dios, nos mantenemos en los pensamientos de Cristo.

Ninguna de estas partes puede estar ausente en cada uno de nuestros días, porque el diablo está atento a cualquier hueco que pueda haber en la armadura, para atacar por ese lado. Sabe que si estamos adecuadamente protegidos con los recursos del Señor es muy poco lo que puede hacer contra nosotros. Por eso es tan importante, y Pablo insiste en esto, que nos pongamos toda la armadura de Dios.

Y finalmente, tenemos una poderosa arma para enfrentar a nuestros enemigos, a estos poderes, autoridades y potestades del mundo espiritual: la palabra de Dios. Por medio de ella, conociéndola, aplicándola y compartiéndola, podemos hacer retroceder a cada uno de esos espíritus, esos invasores de pensamientos, que quieren apartarnos del propósito de Dios por medio del engaño. Si conocemos cómo son las cosas, ¿quién va a poder engañarnos? Y si la palabra es la verdad, ¿qué soldado del ejército de la mentira va a poder permanecer en la posición que ya había ganado en nosotros?

Además, Pablo termina el pasaje poniendo el foco en otras dos herramientas que son la clave de esta batalla: la oración, nuestra única manera de intervenir de forma directa en el mundo espiritual; y la unidad como comunidad de creyentes, porque un ejército que se mantiene unido es mucho más difícil de doblegar.

En fin, espero que la extensión no haya sido un obstáculo. Como dije, la biblia es muy clara. No deja espacio para dudar de que existen todas estas fuerzas que no vemos y que intentan llevarnos lo más lejos posible de los planes que Dios tiene para nosotros. Creer o no creer depende de nosotros, como siempre. Si no creemos, no vemos, y por lo tanto vamos camino a la derrota. Si creemos, ya tenemos la victoria: "en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Romanos 8:37).

Que Dios llene sus corazones con su Espíritu para que puedan creer en todo esto, y para que puedan permanecer firmes vestidos con la armadura de Dios y resistir todos los ataques enemigos, fortalecidos ustedes con el gran poder del Señor. ¡AMÉN!

Hasta que volvamos a encontrarnos.

10 comentarios:

  1. 🙏🙏🙏🙏👏👏👏👏 wow

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  2. Respuestas
    1. Es un grupo de kpop

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    2. Loona fue un grupo musical femenino surcoreano creado por la compañía Blockberry Creative. Desde octubre de 2016 hasta marzo de 2018, una nueva miembro fue revelada cada mes a través del lanzamiento de un sencillo o extended play.

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  3. pero por que hablan de un grupo de coreanos??

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